
Matilde Espinosa Sánchez
Gracias a la tecnología, hoy podemos medir con mayor o menor precisión la ejecución de los movimientos corporales que realizamos los seres humanos. Para hacerlo se utilizan uno o varios instrumentos de medición y metodologías a veces muy sofisticadas. Es posible, entonces, comparar y analizar, por ejemplo, la velocidad del lanzamiento de pelota entre los niños de primer grado o conocer qué tanto flexionan las rodillas los trabajadores de alguna empresa ensambladora de automóviles. Se podría averiguar entre varios atletas, mujeres y hombres, quiénes son más aptos ejecutando alguna serie de movimientos. Pero también, averiguar dentro de qué rango de edad se puede saltar más alto, lanzar una pelota más lejos o de subir un escalón en menos tiempo.